-
Arquitectos: AE Arquitectos
- Área: 684 m²
- Año: 2019
-
Fotografías:Jesús López Cinco
-
Proveedores: BOHOM CORP, CERRADURAS BALDWIN, Comex, Construlita, HERRAJES BULNES, Mafi, NEXXESPACIOS, Tecnolite
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa fue proyectada para una familia que buscaba tener privacidad, además de quietud del ruido exterior. Se generaron volumetrías sencillas para dejar que la espacialidad fuera protagonista. En consecuencia, se generaron fachadas muy silenciosas hacia la vialidad, enmarcando el árbol y jardín que se encuentran en el ingreso principal.
La casa se construye sobre un basamento de muros de concreto aparente, que hace que la volumetría superior se sienta suspendida. Esta misma volumetría y materialidad tan sencillos contrastan con la copa del árbol que se convierte en el elemento principal de la fachada. Los espacios se desarrollan alrededor del patio central que se genera por el planteamiento en L.
La vegetación cobra una importancia central en el proyecto, ya que durante el recorrido por la casa, todos los espacios van acompañados de un jardín. Así al entrar a la casa se plantea un pasillo abierto hacia las copas de los árboles y plantas que nacen desde el patio en el sótano, y al otro lado un muro de madera que se convierte en mueble, en puerta, y va cambiando conforme se viven distintos momentos del día. En toda la casa se siente el contraste entre la calidez de la madera y los colores sobrios y fríos del concreto y muros de enjarre.
Cruzando este muro de madera el salón se abre hacia el espacio central, donde el jardín vincula los espacios exteriores con los interiores, y desde donde se aprecian los volúmenes que flotan sobre el basamento. Este jardín se niveló para crear un espacio recreativo para la convivencia de la familia, un lugar desde donde contemplar la cañada y poder jugar, correr y crecer.
La arquitectura propicia que desde cada espacio siempre exista un remate visual que redefina las vistas urbanas, siempre volteando a un patio o jardín. De esta manera, la cocina ve hacia un jardín privado que acompaña el recorrido de los habitantes de la casa desde este espacio hasta la terraza y la alberca que ayudan a generar vida al exterior.
En la planta alta las recámaras se resguardan un poco del sol al generar abocinados de fajilla de madera, que a su vez contrasta con el recinto de la fachada. La recámara máster incluye un espacio familiar de convivencia que puede volverse privado, y el pasillo que conecta las recámaras secundarias sigue el mismo concepto de voltear hacia el patio vertical que conecta los tres niveles. Para resguardarse del sol según la intensidad y la estación del año, una celosía corrediza de marimba se abre y se cierra para dejar entrar la luz o generar penumbra en este pasillo.
En el sótano, una cava y terraza se abren hacia patios vegetados y generan nuevos ambientes y rincones qué descubrir, desde donde el entorno se vive también de manera distinta, gracias a las vistas al cielo que se generan. Existe también en el sótano un espacio de relajación y meditación donde también pueden hacer ejercicio los habitantes de la casa, y un salón de juegos.